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Historia

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Estamos ubicados en el centro del Sur de Providence, capital de Rhode Island. Servimos auténtica comida dominicana, elaborada con ingredientes frescos para garantizar el mejor sabor. Ofrecemos platos variados, raciones generosas y precios asequibles. ¡Nuestro objetivo es mantener felices a nuestros clientes! Si quiere comer un exquisito bistec, mofongo, sancocho, o cualquier otro platillo tradicional dominicano, en La Gran Parada le ofrecemos esto y mucho más. Manuel Delgado, dueño de La Gran Parada, está muy orgulloso del crecimiento que ha tenido este restaurante y agradece el apoyo de su comunidad. Delgado comenzó a trabajar en el mundo de la gastronomía a los 14 años, trabajando en un restaurante irlandés en la ciudad de Nueva York. Fue allí donde adquirió conocimientos en todo lo relacionado con la gestión de un restaurante, siendo las compras el área en la que más se desarrolló. Esta experiencia luego serviría como plataforma para iniciar su propio negocio. Fue su padre quien inició en Providence el negocio del Restaurante La Gran Parada, en 1985, junto a su esposa y otros familiares. En su primera etapa el restaurante era pequeño, con pocas mesas, prácticamente un tercio del espacio que ocupa ahora. A los pocos años se le presentó a Manuel la oportunidad de adquirir el negocio, lo que hizo, sin dudarlo, invirtiendo todos sus ahorros en él. Como todo lo demás, al principio no fue fácil, sobre todo porque Manuel enfrentó el desafío de seguir adelante con un negocio con deudas y sin liquidez monetaria. Se vio obligado a solicitar crédito y recuerda que se llevó la primera mercadería a crédito en el Supermercado Mi Quisqueya. Cuando el negocio comenzó a estabilizarse, el equipo creció con la incorporación de su ex esposa y algunos familiares de ella quienes también trabajaron duro en La Gran Parada durante muchos años. Después de un tiempo Manuel volvió a ser el único encargado del establecimiento, siempre tratando de innovar en el negocio de la comida tradicional hispana y aunque tenía pocos recursos Manuel pudo hacer algunas remodelaciones del negocio. Contrató más empleados y diversificó y amplió su menú, incluyendo una variedad de platillos a precios accesibles. Con muchos sacrificios personales las cosas cambiaron económicamente para Manuel, hasta que pudo comprar el edificio donde ahora opera el restaurante. Como puede ver, la historia del Restaurante La Gran Parada es testimonio de determinación, fe, disciplina y trabajo duro, tanto para Manuel como para todas las personas que han pasado por el restaurant no habiendo para él nada mejor.

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